miércoles, 22 de noviembre de 2023

Tesis sobre el cuento: Ricardo Piglia

 Tesis sobre el cuento

Los dos hilos: Análisis de las dos historias


Ricardo Piglia

I

En uno de sus cuadernos de notas, Chejov registró esta anécdota: “Un hombre, en Montecarlo, va al casino, gana un millón, vuelve a casa, se suicida”. La forma clásica del cuento está condensada en el núcleo de ese relato futuro y no escrito.

Contra lo previsible y convencional (jugar-perder-suicidarse), la intriga se plantea como una paradoja. La anécdota tiende a desvincular la historia del juego y la historia del suicidio. Esa escisión es clave para definir el carácter doble de la forma del cuento.

Primera tesis: un cuento siempre cuenta dos historias.


II

El cuento clásico (Poe, Quiroga) narra en primer plano la historia 1 (el relato del juego) y construye en secreto la historia 2 (el relato del suicidio). El arte del cuentista consiste en saber cifrar la historia 2 en los intersticios de la historia 1. Un relato visible esconde un relato secreto, narrado de un modo elíptico y fragmentario.

El efecto de sorpresa se produce cuando el final de la historia secreta aparece en la superficie.


III

Cada una de las dos historias se cuenta de un modo distinto. Trabajar con dos historias quiere decir trabajar con dos sistemas diferentes de causalidad. Los mismos acontecimientos entran simultáneamente en dos lógicas narrativas antagónicas. Los elementos esenciales del cuento tienen doble función y son usados de manera distinta en cada una de las dos historias. Los puntos de cruce son el fundamento de la construcción.


IV

En “La muerte y la brújula”, al comienzo del relato, un tendero se decide a publicar un libro. Ese libro está ahí porque es imprescindible en el armado de la historia secreta. ¿Cómo hacer para que un gángster como Red Scharlach esté al tanto de las complejas tradiciones judías y sea capaz de tenderle a Lönnrott una trampa mística y filosófica? El autor, Borges, le consigue ese libro para que se instruya. Al mismo tiempo utiliza la historia 1 para disimular esa función: el libro parece estar ahí por contigüidad con el asesinato de Yarmolinsky y responde a una casualidad irónica. “Uno de esos tenderos que han descubierto que cualquier hombre se resigna a comprar cualquier libro publicó una edición popular de la Historia de la secta de Hasidim.” Lo que es superfluo en una historia, es básico en la otra. El libro del tendero es un ejemplo (como el volumen de Las mil y una noches en “El Sur”, como la cicatriz en “La forma de la espada”) de la materia ambigua que hace funcionar la microscópica máquina narrativa de un cuento.


V

El cuento es un relato que encierra un relato secreto.

No se trata de un sentido oculto que dependa de la interpretación: el enigma no es otra cosa que una historia que se cuenta de un modo enigmático. La estrategia del relato está puesta al servicio de esa narración cifrada. ¿Cómo contar una historia mientras se está contando otra? Esa pregunta sintetiza los problemas técnicos del cuento.

Segunda tesis: la historia secreta es la clave de la forma del cuento.


VI

La versión moderna del cuento que viene de Chéjov, Katherine Mansfield, Sherwood Anderson, el Joyce de Dublineses, abandona el final sorpresivo y la estructura cerrada; trabaja la tensión entre las dos historias sin resolverla nunca. La historia secreta se cuenta de un modo cada vez más elusivo. El cuento clásico a lo Poe contaba una historia anunciando que había otra; el cuento moderno cuenta dos historias como si fueran una sola.

La teoría del iceberg de Hemingway es la primera síntesis de ese proceso de transformación: lo más importante nunca se cuenta. La historia secreta se construye con lo no dicho, con el sobreentendido y la alusión.


VII

“El gran río de los dos corazones“, uno de los relatos fundamentales de Hemingway, cifra hasta tal punto la historia 2 (los efectos de la guerra en Nick Adams), que el cuento parece la descripción trivial de una excursión de pesca. Hemingway pone toda su pericia en la narración hermética de la historia secreta. Usa con tal maestría el arte de la elipsis que logra que se note la ausencia de otro relato.

¿Qué hubiera hecho Hemingway con la anécdota de Chejov? Narrar con detalles precisos la partida y el ambiente donde se desarrolla el juego, y la técnica que usa el jugador para apostar, y el tipo de bebida que toma. No decir nunca que ese hombre se va a suicidar, pero escribir el cuento como si el lector ya lo supiera.


VIII

Kafka cuenta con claridad y sencillez la historia secreta y narra sigilosamente la historia visible hasta convertirla en algo enigmático y oscuro. Esa inversión funda lo “kafkiano”.

La historia del suicidio en la anécdota de Chejov sería narrada por Kafka en primer plano y con toda naturalidad. Lo terrible estaría centrado en la partida, narrada de un modo elíptico y amenazador.


IX

Para Borges, la historia 1 es un género y la historia 2 es siempre la misma. Para atenuar o disimular la monotonía de esta historia secreta, Borges recurre a las variantes narrativas que le ofrecen los géneros. Todos los cuentos de Borges están construidos con ese procedimiento.

La historia visible, el cuento, en la anécdota de Chejov, sería contada por Borges según los estereotipos (levemente parodiados) de una tradición o de un género. Una partida de taba entre gauchos perseguidos (digamos) en los fondos de un almacén, en la llanura entrerriana, contada por un viejo soldado de la caballería de Urquiza, amigo de Hilario Ascasubi. El relato del suicidio sería una historia construida con la duplicidad y la condensación de la vida de un hombre en una escena o acto único que define su destino.


X

La variante fundamental que introdujo Borges en la historia del cuento consistió en hacer de la construcción cifrada de la historia 2 el tema del relato. Borges narra las maniobras de alguien que construye perversamente una trama secreta con los materiales de una historia visible. En “La muerte y la brújula”, la historia 2 es una construcción deliberada de Scharlach. Lo mismo ocurre con Azevedo Bandeira en “El muerto”, con Nolam en “Tema del traidor y del héroe”.

Borges (como Poe, como Kafka) sabía transformar en anécdota los problemas de la forma de narrar.


XI

El cuento se construye para hacer aparecer artificialmente algo que estaba oculto. Reproduce la búsqueda siempre renovada de una experiencia única que nos permita ver, bajo la superficie opaca de la vida, una verdad secreta. “La visión instantánea que nos hace descubrir lo desconocido, no en una lejana tierra incógnita, sino en el corazón mismo de lo inmediato”, decía Rimbaud.

Esa iluminación profana se ha convertido en la forma del cuento.



miércoles, 8 de noviembre de 2023

La literatura graficada

La escritora Laura Arango nos comparte esta curiosa conferencia del escritor Kurt Vonnegut sobre personajes muy conocidos de la literatura universal y cómo sus historias se graficarían en un plano cartesiano. 

Para empezar, el maestro nos recomienda no empezar con una historia donde el personaje esté en su peor momento y nos muestra algunos ejemplos. A lo largo de su charla nos muestra diferentes formas de contar una historia.  Disfrútenla. 


Kurt Vonnegut Jr. (1922-2007) fue un escritor estadounidense, cuyas obras, generalmente adscritas al género de la ciencia ficción, participan también de la sátira y la comedia negra.​ Es autor de catorce novelas, entre las que destacan Las sirenas de Titán, Matadero cinco y El desayuno de los campeones. Tiene una biografía interesante en la cual se menciona su participación como soldado en la segunda guerra mundial, su condición de prisionero y su experiencia durante el bombardeo de Dresden. En broma solía decir que sus conciudadanos lo consideraban un espía o un traidor debido a su apellido poco norteamericano. 

miércoles, 1 de noviembre de 2023

Estrategia. Cuento de Elvirita Hoyos

Esta semana agradecemos a la escritora cartagenera Elvirita Hoyos el compartirnos uno de sus cuentos





ESTRATEGIA

C. Elvirita Hoyos C.
Cartagena de Indias. Colombia.


La prensa virtual, que leo solamente las mañanas de los sábados, anunciaba con grandes titulares que a mediados de agosto se vería la lluvia de estrellas más espectacular del verano, lo cual sería un acontecimiento digno de verse, pues este evento, se repetiría en el año 2126. Para ello, bastaba con ir a un lugar muy oscuro del planeta, sin contaminación lumínica. Yo tenía 27 años y aunque tuviera menos, no alcanzaría a existir para esa fecha próxima, pues apenas corría el 2016. Vivía en una ciudad populosa, extensa y muy iluminada así que debía buscar “ese” lugar de cielos oscuros y descontaminado.

Confieso que la idea, no me interesó en un primer momento, pero mientras me rasuraba la barba cobriza frente al espejo, recordé a Stefani. A ella le gustaba todo lo que tuviera que ver con el espacio galáctico, sin concernir si era ficción o no, sentía que la vitalizaba de una manera especial como si la acercara a Dios con letras mayúsculas. Yo no me ocupaba de esas cosas que a ella le quitaban el sueño, por lo que no alcanzaba sus niveles de comprensión, ¿Qué me importaba a mí, lo que ocurriera allá fuera? Me sentía seguro y cómodo en mi planeta, y con los pies totalmente en tierra. Pero estaba enamorado y ella me rechazaba porque si o porque no; unas veces, me decía: incrédulo, otras, ateo, concluyendo que no había ninguna afinidad entre nosotros. Por lo tanto, no y no. Y ese “no de Stefani, me volvía loco… de amor por ella…

Además, la idea de estar juntos en un lugar oscuro empezó a obsesionarme. Me fui a una agencia de viajes, a buscar cuál sería el mejor destino para esta ocasión y después de analizar varias posibilidades, elegí a Cartagena, una ciudad mágica a orillas del mar Caribe, lo cual significaba amplitud de horizontes con cielos despejados, desde allí, podíamos ver claramente ese fenómeno: la ciudad, comparada con la nuestra, era pequeña, tendría poca iluminación artificial. Y lo mejor es, que la rodeaba una cadena de islas, llamadas del Rosario, con hoteles ecológicos, alejados del perímetro urbano. Era el sitio ideal, para descubrir nuestra pasión, porque de algo estaba seguro y es que yo le atraía a Stefani.

En la tarde la llamé, para vernos por algo urgente y misterioso que quería contarle. En el camino a su casa, se me ocurrió trasformar un poco la información que había leído esa mañana. Hacerla interesante, ayudándome de gestos serios, preocupados, con actitudes lentas, silenciosas. Después de un breve momento, me dijo:

−Cuéntame qué te pasa.

Yo respiré profundo y luego expelí todo el aire contenido con indicios de verdadera preocupación.

− ¿Crees en los sueños? Dije.

−Sí, claro. ¿Qué soñaste?

−Anoche, le conté, mientras dormía tuve un sueño tan nítido que parecía real. Vi un ser indefinible, que me señalaba el firmamento. Entonces yo miré, y vi fuego blanco que venía del cielo. Como si fueran bolas pequeñas que dejaban una estela de luz blanquecina que caían a la tierra.

−Y ¿qué crees que sea eso?

−No lo sé, pero tengo miedo. Mírame tengo los pelos de punta. También tengo ojeras.

− ¿Ojeras? Pues yo no te las veo.

−No las ves, pero yo si me las siento. También siento un calor abrasador y sed.

−Tendrás fiebre. A ver, déjame tocar tu frente.

−Estas normal. Te traeré agua.

−No agua no. Algo más fuerte, si tienes.

Y mientras ella alcanzaba las copas y botella, a dos metros de donde estaba yo; me levanté y senté tres veces del cómodo butaco, cuidando bien que se diera cuenta.

−Estas nervioso. ¿Hay algo más?

−Sí. Pero no quiero asustarte.

Para ese momento había visto su interés en mis palabras. Podría jurar que estaba asustada. Esperé unos segundos, con el vaso en las manos y volví hablar:

−El ser indefinido me dijo, que me esperaba allí… en ese lugar.

− ¿Conoces el lugar? ¿Cómo es? ¿Dónde queda?

−No. Parece una isla, había una larga extensión de playa. Todo era oscuro, muy oscuro.

− ¿No había luces de ciudad o de casas o algo parecido?

−No. Vi palmeras, playa y mar. Ahora recuerdo, si…alguien, alguien que no vi estaba a mi lado.

−O sea que no estabas solo…

−No.

−Un sueño bonito ¿no crees?

− ¿Bonito? ¡Es aterrador!

−No pienso como tú. Ves luces, estas acompañado y recibes un mensaje… ¡Debes ir!

− ¿Ir? ¿Yo? ¿Solo? Y… ¿adónde?

−Bueno, investiguemos en la web.

Y así fue como por su propia iniciativa investigamos en la web, durante tres horas. Empezó explicándome que el sueño era una cita cósmica, real, contundente y para mí. De pronto descubrió en la web, la noticia de la lluvia de estrellas, y me tradujo el sueño, explicándome que se trataba de polvo de meteoritos que ocurría cada cierto número de años. Que el ser indefinido, que había visto, era yo mismo de una vida anterior que había vuelto para recordarme que ya lo había visto cuando yo era él y ahora debía verlo de nuevo, porque era un espectáculo maravilloso. Que posiblemente me traería un regalo.

− ¿Un regalo? Pregunté extrañado…quizá un carro o la lotería…

−No seas materialista, replicó. Se trata de un regalo espiritual, divino.

−Pero si son meteoritos, ¡van a destruir la tierra!

−No. Aquí dice que estos meteoritos al pasar cerca del sol se convierten en partículas de polvo de estrellas debido al deshielo producido por el calor solar, y se desintegran al entrar a la atmósfera de la tierra por la velocidad que traen, y se ven luminosas porque se localizan en una zona radiante que da su nombre a la lluvia de estrellas. Las de agosto, próximas a caer o verse, se localiza en la constelación de Perseo. Que no había nada que temer.

Stefani estaba emocionada, y yo tenía vergüenza de mi mentira, sentía nauseas, mareo. Debía decirle que el sueño lo había inventado como estrategia de conquista. Pero, no me atreví, efectivamente la amaba y más ahora que la sabia frágil, ingenua, inocente. De pronto descubrí que también yo, quería creerme mi propia mentira. Al fin y al cabo, la había inventado yo, quizás fue una intuición o una decodificación que me fue comunicado por ese otro yo en sueños, para no asustarme debido a mi incredulidad.

Sudaba copiosamente, por la revelación que acababa de tener, al convencerme de mis propios pensamientos que nuevamente se vieron interrumpidos por Stefani:

−Sabes me dijo, algo me dice que la presencia que estaba a tu lado en el sueño era Yo.

Estupefacto, la miré asombrado.

− ¿Tú?

−Sí. Yo. Iré contigo. Buscaremos cual es esa Isla en la web, parece que está ubicada en el Caribe…

Apenas si podía contener mi alegría. Estuve a punto de decirle que ya la había encontrado en una agencia de viaje; pero mi intuición de varón me dijo: cálmate; déjala que sea ella quien la encuentre. Me senté silencioso a su lado frente al computador, maravillado del poder que ella ejercía sobre mí. Ella resolvería la complejidad enmarañada, mientras yo disfrutaba de mis recientes atributos espirituales, visualizando lo que ocurriría en ese lugar solitario y oscuro, do quiera que estuviese situado, sin más contaminación lumínica que el fuego interior de nuestros cuerpos.