Por Carlos Alberto Velásquez C.
Hace poco fue Halloween.
Para mí la noche del 31 de octubre tiene un encanto especial. (mi Halloween personal). No soy de los que suelo celebrar con disfraces. Simplemente me sumo a cientos y miles de hombres y mujeres que antaño esperaban con terror y espanto la llegada del invierno y la derrota de la luz a manos de la oscuridad. Las plantas morían para dar paso al invierno. La naturaleza parecía fallecer.
Por eso es que en muchas culturas se celebra la noche de los muertos. La celebración celta fue adoptada por la religión católica para celebrar el día de los santos.
Aquellos primeros humanos se aferraban a ritos y sortilegios para poder sobrevivir hasta que la luz volviera a reinar sobre la oscuridad. Es el triunfo de la esperanza sobre la muerte.
Aquellos primeros humanos se aferraban a ritos y sortilegios para poder sobrevivir hasta que la luz volviera a reinar sobre la oscuridad. Es el triunfo de la esperanza sobre la muerte.
Este año, les quiero compartir un cuento de terror de Gustavo Adolfo Becquer.
También quiero traerles dos obras maestras relacionadas con la noche de walpurgis, la celebración de Shamhain, o simplemente Halloween.
La Danza Macabra de Camile Saint Sanz, y Una noche en el monte Calvo.
Nota posterior. Infortunadamente Disney ha deshabilitado la inserción de videos por lo que los invito a ver la obra directamente desde su canal: https://youtu.be/gonAS2uADbM
Para quienes quieran ver el video de la ejecución de la obra les dejo la versión de la Ludwig Symphony Orchestra.
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