En estos días, en un conversatorio sobre literatura y creación literaria, mencioné los Ejercicios de Estilo, de Raymond Queneau; un curioso libro en el cual se cuenta una pequeña historia de un hombre joven que viaja en el autobús de la línea S, y dos horas más tarde es visto en la estación Saint-Lazare.
Lo extraño de todo, es que el libro Cent Mille Miliards de Poèmes solo cuenta con diez páginas. ¿Cómo es esto posible?
Pues resulta que en 1960, Queneau escribió un libro de diez sonetos, con versos intercambiables que permitían mantener la rima y la métrica. Es decir, uno puede leer el poema de la primera página, y luego leer la cantidad de poemas que uno quiera intercambiando al menos uno de los versos por cualquiera de los diez disponibles. Cualquier combinación es factible.
Para que esto sea posible cada página tiene sus versos cortados en forma de pestañas, de manera que uno pueda leer la combinación que escoja.
Cuando leí esta curiosa nota, no me extrañó: No esperaba menos de Raymond Queneau, el hombre que fue capaz de contar una trivialidad de 99 formas diferentes.